2012/03/18

"No sin mi robot"

 Lyndon, que tiene un grave problema inmune, `va´ a la escuela a través de un telerrobot.Cuando nació Lyndon Baty, los médicos advirtieron a sus padres que era poco probable que alcanzase los dos años. Hoy tiene 14. Nació con una grave enfermedad, un riñón poliquísitico que, junto con otros problemas, hace que apenas tenga sistema inmunológico, lo que desde pequeño lo obliga a toomar 24 pastillas diarias y a someterse a continuas transfusiones y que lo ha confinado a un aislamiento extremo. Sus padres asumieron durante mucho tiempo que el niño no podría convivir con otros niños ni ir a la escuela, pero no desistieron de encontrar una forma de que su aislamiento fuese el menor posible. Un ingeniero, dueño de una empresa de hardware informático, escuchó un día su historia y pensó que podía hacer algo. poco después llamó a la puerta de la casa de los Baty y les regaló un robot con una cámara que puede ser manejado desde un ordenador a distancia. El telerrobot iba a ser la mirada y la presencia de Lyndon en versión metal y silicio, allí donde Lyndon no pudiera llegar en carne y hueso. Y así es desde hace meses. Lyndon va a clase, a la cafetería con sus amigos y se mueve con soltura por los pasillos del colegio. Su madre asegura que el robot ha cambiado la vida de su hijo, que ahora sueña con convertirse en cronista deportivo. Ya ha comenzado: retransmite los partidos de baloncesto y fútbol americano de su colegio.

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